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Retirar la suciedad superficial usando un cepillo de cerdas suaves para quitar el exceso de polvo.
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Humedecer ligeramente un paño de microfibra o esponja y frotar suavemente. Si se desea, añadir unas gotas de jabón neutro o jabón para prendas delicadas.
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Dejar secar el zapato al aire libre, lejos de la luz solar directa y fuentes de calor.
CONSEJO ADICIONAL
La rafia, siendo un material natural delicado, requiere un trato especial. Evita frotar con fuerza, usar detergentes agresivos, lejía o solventes, ya que podrían dañarlo.
RECUERDA
- No utilizar lavadoras ni sumergir los zapatos en agua.
- Evitar la exposición prolongada a la luz y a las fuentes de calor.
- Evitar el contacto con grasas, perfumes y cosméticos.