Este es un paso firme, con acento, con fuerza. Sentir cómo se eriza el vello con el sonido del taconeo, con una palmada, con el rugido del viento, con la belleza de una flor.
Volver a los orígenes, y hacer una oda a eso único que nos vio nacer, con lo que crecimos y que nos ha llevado a lo que somos hoy.
En la esencia de cada cosa está lo más auténtico y real. Lo que perdura, el ADN.
Porque para nosotros no hay otra forma de existir si no es con la ESENCIA más pura.